martes, 5 de julio de 2011

Invierno en Costa Azul


Es invierno y estamos disfrutando de uno más, de nuestros fines de semana en Costa Azul (Canelones) a los que faltamos sólo por obligaciones de índole mayor. En esta pequeña bahía sobre el Río de la Plata, siempre hay algo que nos sorprende que nos deleita con un paisaje diferente.







En nuestra habitual caminata por la rambla, nos llamó la atención la marea baja. La bajamar es producida por fuerzas gravitacionales del sol, la luna y presión atmosférica. Su amplitud es generalmente mayor en la costa, por ello quedan varios metros al descubierto. Hoy es una de esas ocasiones especiales, podemos ver en su totalidad la restinga, sólo porque el mar ha descendido mucho más.
Desde arriba se observa un largo sendero de color negro muy profundo, es la restinga natural.







Para bajar a la costa, tomamos el acceso de las lanchas y otros vehículos náuticos. Antes de llegar nos encontramos con el establecimiento de los pescadores lugareños. Costa Azul está considerado, como muy buen punto pesquero de la corvina.




Con estas embarcaciones salen día a día en busca de los cardúmenes para abastecer a los pobladores y restaurantes de la zona; así como su sustento propio.





Desde arriba vemos que otros excursionistas se nos han adelantado y recorren este corredor el cual extraordinariamente es transitable y se puede disfrutar. Para quienes son asiduos y amantes de la pesca a la encandilada, saben que tienen que bordear esta restinga con las embarcaciones a fin de no tener accidentes.




Nos vamos acercando y podemos observar también como se ha modificado la arena formándose estrechos canales por donde entra el agua.





Esta es la red rocosa que cuando el nivel del mar es normal está tapada por el agua. Así se forman pequeñas lagunas y quienes conocemos bien el lugar, en verano nos permite disfrutar de apacibles baños.







Nos vamos adentrando, tenemos el propósito de llegar hasta el final del corredor y observar las formaciones que hace muchos años no veíamos.







Estamos en plena restinga, el terreno se hizo difícil. Todas esas irregularidades son las caparazones de mejillones que aunado al verdín y restos de otras algas, nos disficultan mantener el equilibrio en nuestro recorrido.











Llegamos al final y desde este punto, podemos apreciar las construcciones que se instalan sobre la rambla. La bajamar permite esta visualización, sin estar embarcados.






Seguimos nuestra caminata y llegamos al puente sobre el Arroyo Sarandí Chico que nos une con La Floresta, uno de los balnearios más antiguos de la Costa de Oro de Canelones.











Nuevamente nos detenemos porque otro fenómeno nos impresiona. El curso del arroyo ha cambiado sorteando el espigón al llegar a la costa.












La Barra del Sarandí, generalmente este paso está cubiero de arena pero hoy se ha abierto al mar interrumpiendo la continuidad de la costa. Se cuenta que en cierta ocasión, al producirse este fenómeno, se produjo un gran estruendo.








Con la entrada del agua del río al arroyo, se ha producido gran oleaje y se desmorona la arena de las márgenes en grandes bloques.








Otra vista del puente, ahora en La Floresta. Desde aquí observamos las viviendas de Costa Azul con frente a la costa del Arroyo Sarandí.











Este es el espigón que se ha construído para conducir el curso del arroyo y que no perjudique la playa de La Floresta. Hoy la fuerza del agua cambia el curso y se interrumpe el paso por la playa.









No quería dejar de presentar en este recorrido, el viejo puente de madera. Este estuvo en funcionamiento completo hasta que se construyó el de hormigón, hoy es únicamente peatonal.











En estos últimos años se ha reconstruído y consta a ambos lados de pérgolas que sirven de miradores.









Desde las pérgolas podemos ver el curso del arroyo en ambas riberas y al final la represa que permite el abastecimiento de agua potable a Costa Azul.








Esto es un pequeña muestra de un día de invierno en este pequeño balneario canario. Doy gracias a la vida que me permite disfrutarlo hace tantos años.










3 comentarios:

  1. Al comenzar a leer pensé que se trataba de la francesa Costa Azul, pero veo que es otra mucho más natural y atractiva, aunque no tan sofisticada. Gracias por ofrecérnosla. Saludos.

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  2. Soy uruguayo y mi niñez la pase en ese hermoso balneario. PARA LOS MAS VIEJOS DIRÉ QUE MIS APELLIDOS SON CORREA PIEMONTE. ESPERO QUE TODAVIA QUEDE ALGUNO DE MIS CONOCIDOS.
    ESTOY EN MAJORCA ESPAÑA PERO COMO COATA AZUL NO HAY NADA IGUAL ESPERO QUE SIGA IGUAL, POR LAS FOTOS QUE VI VEO QUE NO CAMBIO MUCHO. ME GUSTARÍA VER LAS CANCHAS DE BOCHA QUE HABÍA EN EL CLUB GRACIAS

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    1. Hola Ruben-Pincho, soy Stella, la esposa de Pincho Lorier. No sé si te acordarás de mí pero te conocí en una visita que realizaste al balneario venido de Venezuela. Yo he elaborado este pequeño aporte para esta página pero me falta mucho que aprender aún. Nos quedamos muy contentos cuando recibimos tu comentario y nos gustaría poder contactarnos contigo.Nuestras direcciones de correo: son stemlopez@yahoo.com.ar y del Pincho eduardolorier@yahoo.com.ar. Ojalá podamos seguir en contacto. Un abrazo desde Costa Azul

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