Sobre la Ruta 48 encontramos la entrada de La Huella, una granja hogar fundada en 1975, que ha tenido diferentes etapas en el transcurso de los años.
Fue creada por un grupo de alumnos de los Padres Jesuitas junto a algunos sacerdotes, con el objetivo de forjar valores cristianos en un lugar que funcionaba como una gran familia para niños que llegaban desde muy pequeños desde el "Consejo del Niño", criándose allí, donde vivían parejas que en cierta forma los “adoptaban”, compartiendo la vida diaria con ellos. El sacerdote más conocido y recordado es Luis Pérez Aguirre (Perico), quien acompañó el proyecto durante 26 años, hasta que falleciera en 2001 en un accidente. En el año 2006 el tramo de la Ruta 48, comprendido entre Dr. Pouey y la Ruta 5 Nueva (Brigadier General Fructuoso Rivera) pasa a llamarse Avenida “Sacerdote Luis “Perico” Pérez Aguirre S.J.” en su honor.
Sobre la Ruta, podemos observar un recordatorio a Perico.
Por un camino sin asfalto, llegamos a la entrada de La Huella, donde el perfume del espinillo y el aroma de los eucaliptus se entremezclan sutilmente. Mariana y Rosa me reciben amablemente. Rosa me acompaña a tomar fotos, mientras me cuenta sobre el lugar.
Dos viejas amigas que aqui habitan: Oriana y Milú
Una fachada con ventanas donde pude observar el trabajo de los niños: cultivo de verduras y flores ornamentales.
Aquí trabajan los educadores y está la oficina, tras la cual un enorme molino recuerda la época cuando de allí se extraía agua (facilmente si había viento, si no con balde y cadena…)
Junto a esta casa blanca, otra de color terracota recuerda viejas épocas. Aquí vivían las parejas/familias que optaban por una vida de bondadosa colaboración con aquellos niños que no tenían la suerte de tener una familia propia y que junto a estas personas encontraban educación y el cariño que tanto necesitaban. En aquel momento existía un tambo en el lugar.
En una segunda etapa, la Huella pasa a funcionar como hogar y se inician dos proyectos: El Club del Niño y el centro CAIF. En la Huella viven actualmente 22 niños entre 5 y 12 años y un adolescente de 17. Ya no viven familias allí. Hay un equipo de educadores (entre 12 y 14 personas), asistente social, psicóloga, equipo de coordinación.
El terreno es amplio y hacia el fondo nos encontramos con la parrillera, donde descansa la camioneta con la cual los niños son trasladados a la escuela.
Al fondo, una casita pequeña resalta en el verde del paisaje. Me cuenta Rosa que fue allí donde vivió el padre Perico.
El entorno es realmente hermoso, la flora abundante.
En este entorno los niños no solo tienen un lugar abierto para jugar, sino que aprenden a sembrar. En la entrada, bajo el cartel de La Huella, un montón de flores han sido cultivadas y cuidadas por ellos.
En el terreno, se están haciendo “camas” para el cultivo de brócoli, remolacha, puerro, lechuga, rabanitos y acelga.
Un gran espacio arado. Allí se cultivará maíz y zapallo. La cosecha será buen alimento para el hogar.
Rosa me muestra los plantines de brócoli y chaucha que están en bolsitas del leche (una forma de reciclarlas ya que se les da un nuevo uso).
Cercano al lugar, está el barrio Pueblo Nuevo y un asentamiento que va creciendo. Varios chiquilines comenzaron a aparecer pidiendo comida tiempo atrás. Se inicia entonces una segunda etapa, donde da inicio el Club del Niño (2002). Éste y el CAIF, están donde otrora fuera el tambo. Un edificio grande, situado a pocos metros del Hogar La Huella. Su entrada saluda “Bienvenidos” a todos los chicos que de diversos barrios llegan a desayunar diariamente y desarrollar diversas actividades.
Una fachada con ventanas donde pude observar el trabajo de los niños: cultivo de verduras y flores ornamentales.
Aquí trabajan los educadores y está la oficina, tras la cual un enorme molino recuerda la época cuando de allí se extraía agua (facilmente si había viento, si no con balde y cadena…)
Junto a esta casa blanca, otra de color terracota recuerda viejas épocas. Aquí vivían las parejas/familias que optaban por una vida de bondadosa colaboración con aquellos niños que no tenían la suerte de tener una familia propia y que junto a estas personas encontraban educación y el cariño que tanto necesitaban. En aquel momento existía un tambo en el lugar.
En una segunda etapa, la Huella pasa a funcionar como hogar y se inician dos proyectos: El Club del Niño y el centro CAIF. En la Huella viven actualmente 22 niños entre 5 y 12 años y un adolescente de 17. Ya no viven familias allí. Hay un equipo de educadores (entre 12 y 14 personas), asistente social, psicóloga, equipo de coordinación.
El terreno es amplio y hacia el fondo nos encontramos con la parrillera, donde descansa la camioneta con la cual los niños son trasladados a la escuela.
Al fondo, una casita pequeña resalta en el verde del paisaje. Me cuenta Rosa que fue allí donde vivió el padre Perico.
El entorno es realmente hermoso, la flora abundante.
Tampoco faltan las mascotas.
En este entorno los niños no solo tienen un lugar abierto para jugar, sino que aprenden a sembrar. En la entrada, bajo el cartel de La Huella, un montón de flores han sido cultivadas y cuidadas por ellos.
En el terreno, se están haciendo “camas” para el cultivo de brócoli, remolacha, puerro, lechuga, rabanitos y acelga.
Un gran espacio arado. Allí se cultivará maíz y zapallo. La cosecha será buen alimento para el hogar.
Rosa me muestra los plantines de brócoli y chaucha que están en bolsitas del leche (una forma de reciclarlas ya que se les da un nuevo uso).
Cercano al lugar, está el barrio Pueblo Nuevo y un asentamiento que va creciendo. Varios chiquilines comenzaron a aparecer pidiendo comida tiempo atrás. Se inicia entonces una segunda etapa, donde da inicio el Club del Niño (2002). Éste y el CAIF, están donde otrora fuera el tambo. Un edificio grande, situado a pocos metros del Hogar La Huella. Su entrada saluda “Bienvenidos” a todos los chicos que de diversos barrios llegan a desayunar diariamente y desarrollar diversas actividades.
Al frente un pequeño patio de juegos para los más pequeños.
El CAIF Los Periquitos, atiende a mas de 80 niños, de 0 a 4 años. Aqui almuerzan y pueden quedarse hasta las 17 hs.
Hacia el fondo nos encontramos con otro gran espacio abierto, con juegos y variada flora autóctona de América del Sur: Guayabo, Palo de fierro, Chalchal, Arazá, Molle ceniciento, Ubajay, Ceibo, Canelón, entre otros. Rosa me comenta que los niños apadrinan cada uno de estos árboles, haciéndose cargo de ellos.
Alrededor de 50 niños concurren de mañana, desayunan y encuentran allí apoyo
escolar, realizan talleres de plástica, recreación y huerta. Aquí tenemos el lumbricario.
Y aqui la huerta del Club de Niños.
Cebollinos
Nabos
El Club del Niño también realiza actividades los fines de semana, como fútbol y actividades religiosas y recreativas intentando integrar también a las familias de estos niños.
El Club del Niño también realiza actividades los fines de semana, como fútbol y actividades religiosas y recreativas intentando integrar también a las familias de estos niños.
Sin lugar a dudas, La Huella realiza una noble tarea con aquellos niños más carenciados. Indudablemente necesita el apoyo de todos los uruguayos. Una manera de colaborar es donando:
En Dólares:
Banco del RepúblicaOriental del Uruguay Cuenta: 021 0055727
Banco del RepúblicaOriental del Uruguay Cuenta: 021 0055727
En Pesos Uruguayos
Banco del RepúblicaOriental del Uruguay Cuenta: 021 234158
Banco del RepúblicaOriental del Uruguay Cuenta: 021 234158
También donando con débito automático con OCA, VISA Y CREDITEL, descargando el formulario desde la página: http://lahuella.org.uy/colaboracion.html
Otra manera de colaborar es alquilando el Salón de Eventos, ya que lo recaudado se invierte en el Hogar. Dicho salón se encuentra a pasitos del Hogar La Huella.
El salón cuenta con parrillero, cocina, heladera, baño. Un amplio espacio verde donde podrán colocar juegos inflables, etc.
Por consultas llamar al 23651612 y hablar con Daniel o Sandra.
**Un agradecimiento especial a Mario Gramoso y Mario Ibarra quienes accedieron a que tomara fotos y creara esta nota. Y un abrazo especial a Rosa y Mariana.**
Hola amigos!
ResponderEliminarEscribo para saludarles, mandarles afectuosos cariños desde Espaañ-
Me encantan las fotos, la naturaleza, los animales... reconfortante este blog maravilloso...huelo a campo, a tierra...a vida !
Muchos besos con toda mi ternura
sonia abuela de una niña celiaca
Hola a todos , también desde España os mando un saludo. Bonito lugar el que nos muestras con esas maravillosas fotos como bonita labor la que se hace en ese lugar
ResponderEliminarUn abrazo
Que buena experiencia y con familias me pareció más acojedor soy uruguayo y creo que el futuro de la humanidad está en convivir en pequeñas granjas autosustentables , hermosa labor de servicio la de uds.FELICITACIONES!!
ResponderEliminarUn abrazo fraternal Mario
hola que tal!! soy mariana de argentina, estoy en una organizacion comunitaria qje traja con chicos en lomas de zamora prov de bs as y me interesaria contactarme con alguien de la huella, pueden pasarme algun contacto?? mi mail es marymara27@hotmail.com
ResponderEliminarel numero de la oficina 2365 0827
Eliminarpagina web lahuella@lahuella.org.uy
HOLA!! soy uruguaya. Yo voy a la huella dos semanas al mes para estar con los niños y ayudarlos a mantener todo. Cada vez que voy me siento como en mi casa, ese hogar es algo mágico, los niños nos expresan todo su cariño y cada vez los vamos conociendo mas. voy junto con un grupo de jóvenes como yo. Es una de las cosas que mas feliz me hace, me siento muy bien estando con ellos y jugando.. en este momento están necesitando mucha ayuda, si quieren aportar con algo entren a su pagina oficial
ResponderEliminarhttp://lahuella.org.uy/historia.html
hola leticia desde mtdeo-uruguay mi pregunta es puedo colaborar a traves de debito y realizarlo telefonicamente ya q no tengo como descargar , desde ya gracias y a continuar con esa gran obra
ResponderEliminarQuienes no obtengan respuesta por este blog en el caso de querer ayudar a La Huella de alguna manera, les pedimos por favor que llamen a los teléfonos expuestos al final del artículo, para mayor seguridad. Muchas graciass.
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